ABC (diario español), suplemento cultural, 18 de noviembre, 2000
Los nuevos disidentes
Entre los fantasmas que hoy recorren el mundo
occidental hay uno que produce especial pánico en el orden de la cultura, ya se
trate del viejo orden de toda la vida o de las versiones que incorporan
distintas cantidades de ese nuevo orden mundial que todo lo invade. La consolidación de una industria del entretenimiento que suplanta
funciones de los difusores tradicionales del saber ha generado un complejo
mercado en el que muchas disciplinas se han visto obligadas a elegir entre su
redefinición o la extinción. Así las cosas, la aparición en Italia de esta
torrencial novela sobre el tiempo de Lutero ha supuesto un revulsivo para el
amplísimo colectivo de amantes de la Historia novelada y para el importante
coto editorial de los best sellers de calidad.
En las causas de este fenómeno, sancionado en pocos meses por más
de 80.000 compradores, se halla el aura radical de Luther Blissett (nombre de
guerra de cuatro disidentes llegados a la novela tanto desde la agitación artística
y mediática como de los trabajos más prosaicos) y, sobre todo, una eficaz
construcción del relato que combina con destreza digna del mayor elogio
numerosos y muy atractivos subtextos a los que el lector no suele tener acceso
dada la insuficiencia expresiva y la escasez de variedad que dominan en el
género. «La ola minimalista debe llegar a su fin», proclaman los Blissett en
las entrevistas, y en perfecta coherencia con esta máxima han construido un
potente entramado de aventuras, conspiraciones y fe que comparan, por la
dirección colegiada de los papeles, con una banda de jazz.
Planteado sin reservas como un homenaje a los personajes
secundarios de la Historia, Q cuenta desde los márgenes el proceso de quiebra
que supone la Reforma en la Europa del siglo XVI, con el fin del poder absoluto
del Papado y la creación de las iglesias protestantes como ejes principales.
Bajo la divisa de omnia sunt communia (todo es de todos), el Magister Thomas
Müntzer y sus aliados diseminan por todo el Continente las esporas de una
espiritualidad que se alía con las reclamaciones políticas o simplemente éticas
de príncipes y campesinos, impresores y comerciantes. Dejando de lado su
dimensión metaliteraria, esta novela cuenta con un primer caballo ganador en
forma de estructura narrativa hiperdinámica, basada en la fluida alternancia de
breves capítulos sólidamente construidos, de modo que la distribución del
tiempo histórico real (de 1517, cuando Martín Lutero proclama sus noventa y
cinco tesis contra el tráfico de indulgencias, a 1555, con la proclamación de
Carafa como Papa Paulo IV) se mantiene a salvo de las alteraciones corales que
proporcionan los discuros en primera persona, los excelentes diálogos, los
diarios de Q. y las cartas que le envía a Gianpietro Carafa.
Fruto de tres años de trabajo, Q se reclama como producto de una
inspiración mestiza para la que han tenido tanta importancia la encíclica Ut
Unum Sint como las novelas de James Ellroy. Lo que su lectura deja fuera de
toda duda es la habilidad con la que se combinan las tramas secundarias y el
subyugante uso que se hace de elementales recursos líricos para imbuir rigor y
amenidad a la lectura, sin olvidar un ejemplar dominio de registros idiomáticos
que facilitan mucho la digestión de casi setecientas páginas. Cubiertos estos
requisitos, el libro tendría suficiente frente a la abrumadora competencia en
su segmento, pero es importante señalar que además contiene un inusual
tratamiento del hecho histórico (empezando por la invención de la octavilla el
10 de octubre de 1524) que le permite ser leído como programa. Sin la
grandilocuencia del libelo pero con la fuerza de la obra literaria, Q es todo
un manifiesto de esa nueva disidencia ilustrada que lucha contra lo de siempre
con los últimos avances de la inteligencia y con los que quizá no asalte el
Palacio de Invierno pero llegará sin dificultad a los lectores más inquietos y
rebeldes.
Víctor Andresco
Wu-Ming, los sin
nombre
Nacido, como el mejor Rioja, en 1994, Luther Blissett es el nombre
utilizado por un grupo de cuatro italianos dispuestos a dinamitar el casi
siempre previsible mercado de la cultura. Orientados a acciones mediáticas de
todo jaez, durante los últimos cinco años se han visto obligados a compartir
sus señas de identidad con multitud de agitadores que se han ido sumando al
Luther Blissett Project que toma su nombre del peor futbolista de la historia
del Milán F. C. hasta que decidieron dar por finalizada esta etapa y renovar
su clandestinidad bajo la denominación china Wu-Ming, los sin nombre.
Entretanto, estos teóricos de la Net-Generation fueron capaces de
difundir la falsa noticia de que la modelo Naomi Campbell viajaba a Bolonia a
operarse de celulitis y escribir un impecable y riguroso best seller histórico
para, entre otras cosas, poner en tela de juicio los hábitos de consumo
editorial. Con la misma naturalidad con la que han convocado una Huelga de Arte
a través de Internet, del mismo modo que llamaron la atención de millones de
espectadores sobre la supuesta desparición de un rockero a través del Quién
sabe dónde italiano, Luther Blissett decidió participar en el festín de las
superventas. Así surgió esta contundente y efectiva recreación de la época de Lutero con
la que se hicieron un lugar de privilegio entre los libros más comprados y
mejor criticados en Italia. Asociados a un
anarquismo finisecular que reclama la «inteligencia colectiva» contra los
dictados de la industria del entretenimiento, Luther Blissett ha llegado a ser
identificado con el mismísimo Umberto Eco.
Con la edición en español de este crack sobre el que destellan
como galones las sombras del punk y del dadaísmo, Mondadori proyecta el
legendario marchamo que ha hecho de Einaudi una referencia en la industria
europea del libro. Desde la primera página, en la que se recomienda
expresamente «la reproducción total o parcial de esta obra y su difusión
telemática siempre y cuando sea para uso personal de los lectores», todo en el
voluminoso Q huele a insurgencia. Estilística, argumental, y comercialmente, este
libro es una prueba perfecta de lo que se puede hacer con un poco de dedicación
en medio de un río revuelto del que siempre resultan, paradójicamente, menos
beneficios que beneficiarios.
V. A.