El Informador, GUADALAJARA, JALISCO, MEXICO, Lunes 03 de Septiembre de 2001
Luther Blissett: El principio del caos
"Mac Guffin es el nombre que damos a este tipo de acciones: robar papeles, documentos, secretos. Lo que se roba no es importante por sí mismo y los logistas siguen un camino equivocado al buscar una verdad en el Mac Guffin. En mi trabajo siempre he pensado que mientras los papeles, los documentos o el secreto de la construcción de una fortaleza debe ser más importante que los personajes de la película. Ellos deben ser inimportantes para mí, el contador de historias"
Alfred Hitchcock
Q es un libro cuyo autor no existe, o tal vez sí. Lo que empezó como un experimento se convirtió en un fenómeno de masas que responde al nombre de Luther Blissett
Luther Blissett es un jugador jamaiquino de futbol, el peor en toda la historia del Milán, una antiestrella durante la temporada 1983-1984. Luther Blissett nació en Italia en el verano de 1994. Luther Blissett es legión. Luther Blissett ha muerto. Ahora se llama Wu Ming.
Luther Blissett nació como un movimiento colectivo, un poco como la historia de El club de la pelea con pesadas bromas en una suerte de guerra mediatica.
"Nos hemos burlado de los medios. Hemos demostrado que los periódicos pueden hablar de todo sin saber nada, que cualquiera puede crear la noticia. Convertimos a Luther Blissett en un Robin Hood virtual, el terror de las redacciones. ¿Ejemplos? Durante un año creamos un artista balcánico, preso político de Milosevich. Inventamos su biografía, su imagen... Y fue seguido por los medios. Hicimos que los chicos de un diario italiano se pasaran una tarde recorriendo clínicas para confirmar nuestro rumor de que Naomi Campbell estaba en Bolonia haciéndose una liposucción", dijo Blissett quien también, entre otras cosas, montó en internet una falsa página del Vaticano que incluía un Evangelio según Judas.
Estos agitadores italianos llegaron a la conclusión de que querían más, querían llegar al mundo y para esto el mejor método era hacer un best seller. El resultado es Q, una novela que tan sólo en Italia ha vendido más de 80 mil ejemplares y que no tiene derechos de autor, cualquiera puede fotocopiar Q, subirlo a internet, reescribirlo. (siempre y cuando no sea con fines comerciales, después de todo hay editores). Aún así, los no autores de Q odian los derechos de autor, aseveran que la propiedad intelectual va en contra de la cultura de masas y que las ideas no pueden nunca pertenecer a alguien en exclusiva.
En tan sólo cinco años Blissett pasó de ser un nombre relacionado con el activismo y la recalcitrante izquierda a ser un autor famoso. Un ensayo de Blissett en el 98 vendía en Italia mil 500 ejemplares. Era hora de dimitir.
"Decidimos que Blissett sería un proyecto de cinco años. De haber seguido nos habríamos convertido en payasos, en esos autores que odiamos. Aunque Blissett No ha muerto, lo puede usar cualquiera, es sólo que nosotros hemos renunciado. El proyecto con ese nombre consistía en llegar al éxito y demostrar teorías. Por ejemplo, la hegemonía de la calle en la cultura: no éramos nadie y en cinco años un editor nos ofreció un contrato".La novela
Q fue escrita a manera de Jam Session de jazz, los no-autores se reunían, compartían ideas y luego a escribir, "una Biblia de personajes que engorda, que toma meses y luego alguien escribe una escena que se revisa, corrige y monta de manera colectiva".
De esta manera Q se convierte en una gigantesca novela épica plagada de datos históricos, el diario de Q aglomera la historia encontrada. Por una parte las luchas campesinas, la guerrilla urbana, la sangre de hombres y mujeres que quieren libertad y justicia; por otra, un espía, un mercenario al servicio del Vaticano que controla y mueve hilos. El tiempo no importa, sucede Q en todas las épocas, en un presente agotador e interminable con una narrativa que obliga a leer y leer hasta la última página.
La novela que ya se encuentra en México, editada por Grijalbo Mondadori, carga como carta de recomendación su triunfo en toda Europa, sus ecos todavía audibles en los diarios de Francia, de España, de Italia. Lleva la no firma de un colectivo italiano cuyo nombre no importa, que nunca ha aparecido en televisión porque "no sirve para transmitir nuestras ideas, es más proclive a transmitir personajes". Y que, en el apogeo de su fama ha dejado de ser para evitar convertirse en una payasada.
Ambientada en el siglo XVI, durante la Contrarreforma, la obra nada una infinidad de batallas físicas y psicológicas con personajes que parecen pertenecer a todas las épocas, que están en todos los tiempos haciendo de Q una novela atemporal.
Wu Ming
El nuevo nombre del colectivo que generó a Blissett significa, en mandarín, el sin nombre, pseudónimo utilizado por los escritores disidentes de China. Aunque ahora sí no será para todos. "Lo que queríamos demostrar (con Blissett) ya está hecho, ahora es importante renovarse y entrar en un proyecto nuevo. Wu Ming es una empresa de servicios narrativos, un taller de cuentos porque nos vemos más como artesanos como artistas. Si se puede hacer una mesa colectivamente también una novela. La diferencia está en que Luther Blissett sigue disponible y Wu Ming es una marca registrada.
De un nombre a un ideograma
Los fundadores de Wu Ming son Roberto Bui, Giovanni Cattabriga, Luca Di Meo y Federico Guglielmi miembros del proyecto Blissett y no autores de Q.
Continuando con sus ideas, Wu Ming no aparecerá en los medios, no habrá fotografías, entrevistas televisivas o personajes famosos, sólo existirá el logo, el ideograma chino que significa sin nombre.
"Seguiremos manejando ideas y acciones radicales, cambiaremos nuestra identidad y utilizaremos técnicas de guerrilla en los medios de comunicación. Somos contadores de historias, somos un poco como las Griots (cantantes africanas encargadas de narrar la historia con sus cantos). No nos importa si hacemos novelas, reportajes obras teatrales, video juegos, juegos de mesa o si buscamos historias de otras personas y las cambiamos, las editamos, las promocionamos o las traducimos a distintos lenguajes". Wu Ming es un concepto de información, de narración, de historias.
Wu Ming quiere todo el pastel, seguirá de acuerdo con sus ideas, libre de derechos de autoría y es "una empresa política autónoma. Empresa para los trabajadores inteligentes del mundo que debemos reapropiarnos del conocimiento y de la información, que tenemos la clara intención de asaltar las madrigueras de la economía en contra y más allá de los parásitos corporativos y de la andropausia de los dinosaurios de Estado. No es suficiente ser Free lance, necesitamos conseguir más fuerza, adquirir control de los procesos productivos y de los resultados de nuestra labor creativa. Ahora la información es la más importante fuerza productiva y está atada a toda la galaxia de servicios y venta de comodidades. Todo es multimedia y ya no hay distinción entre conocimiento técnico y humanístico. Ya no hay autores". Q, Blissett, ha sido sólo el principio... del caos.