Zeta Tijuana, MX, 6 noviembre 2001


Para despejar la "Q": Una nueva novela policíaca

Gabriela Olivares Torres

Foto:ZETA/Jorge Dueñes 

Europa, en pleno siglo XVl. El contexto justamente corresponde a las guerras religiosas que moldearon el carácter del llamado mundo moderno.

Los turcos llegan a las costas, la herejía está en boga, el estado es una maraña de traiciones, los intelectuales son sangrientamente perseguidos, los contrastes sociales se marcan por doquier y los villanos ocultan sus cabezas con el espesor del oficialismo que fallece.

En medio de esta revuelta política y teológica el autor(es) desarrolla(n) su historia, esa que mezcla a campesinos y mercenarios, príncipes, obispos, profanos y santos, en un ambiente determinado por la Reforma Protestante de Lutero y el surgimiento de la imprenta de Guttenberg, el segundo invento más trascendente para la humanidad desde la aparición de la rueda.

Luego está el carácter macizo de la novela policíaca bien trabajada, con intrigas, crímenes y una nube de fascinante misterio que no deja al lector en paz hasta que llega a la última página.

Y todo a través del polémico ingenio de un grupo de escritores que decidieron reunirse bajo el seudónimo de "Luther Blissett" y crear "Q", propuesta narrativa que en español va en su segunda edición gracias a la firma Grijalbo/Mondadori.

Dicho sea de paso, esta misma asociación literaria firmó la antología "Totó, Peppino e la guerra psíchica 2.0." (editorial Einaudi), no obstante ahora ha iniciado un nuevo proyecto bautizado como "Wu-Ming", nombre con el que próximamente darán vida a otra serie novelística, empezando con "Hachas de guerra".

En el caso de "Q" se tiene una producción compuesta por 45 capítulos breves, un prólogo y un epílogo. La organización también se integra en tres partes por las que transitan "Frankenhausen (1525)", "La doctrina, el cenagal (1519-1522)", "Eloi (1538)", "La alforja, los recuerdos", "El verbo se hizo carne (1534)", "Venecia" , "Tiziano", "Qoelet", en fin.

Por este fértil sendero de ficción vuelven a relacionarse los grandes personajes como Tomás Moro, Erasmo de Rotterdam, Calvino, Ignacio de Loyola, Tomás Muntzer, Carlos V, los Papas León X, Paolo lll y Paolo lV.

Pero también se reconstruye un viaje por medio continente, desde Turinga a Basilea y Nápoles, pasando por Wittemberg, Sajonia, Allstedt y Nuremberg.

El fenómeno de la novela no descansa aquí. Tanta curiosidad desató en su natal Italia que el trabajo ha sido objeto de numerosas páginas web que, construidas alrededor de lo que se conoce como "terrorismo cultural", recomiendan y hasta difunden "Q" .

La razón es el brillante paralelismo que se logra trazar en función de una época de cambio que dio origen al pensamiento contemporáneo.

Episodio fundamental del pasado que tiende a repetirse en la actualidad donde los procesos sociales, que seguramente desembocarán en una nueva visión colectiva y otras formas de vida, adquiere un tono doloroso, similar al de la transición del Medievo al Renacimiento.

Todo gracias a una lectura ágil, generada por una novela más bien de género que integra aventuras, espionaje, algo de "western", aunque ubicado en un marco que comprende treinta años de historia en el antiguo continente, tras la necesidad de saber quién es o qué es "Q".

 

* ¿Quién ha visto a Luther Blissett?  

En Italia circuló el rumor de que el artista conceptual Harry Kipper había adoptado el nombre de "Luther Blissett" perteneciente a un jugador jaimaquino de futbol de los ochenta.

Otras fuentes señalan que han existido dos "Harry Kipper" , miembros de un conjunto de arte corporal británico denominado "Kipper kids".

Para noviembre de 1994, personas no identificadas hicieron un collage de rostros femeninos y masculinos para armar el retrato de "Kipper" , mismo que se adoptó al dar la cara de "Luther Blissett" .

Si esta versión es verdadera, entonces se esclarece cómo nació físicamente la persona de Blissett que, en realidad, identifica el trabajo de cuatro escritores italianos: Federico Guglielmi, Luca di Meo, Fabrizio Belletati y Domingo Cattabriga.

Estos son lo propulsores de una identidad múltiple, puesto que cualquiera que practique o, en pocas palabras, esté a favor del "terrorismo cultural" puede asumir este nombre para reconocerse ante el público.

Aunque surge la aclaración de parte de los responsables: "Luther Blissett no es una identidad colectiva como afirman los periodistas, múltiples y única. Los 'Luther Blissetts' no existen, solo Luther Blissett existe. Hay que escapar de las identidades convenciones. Seguimos luchando contra el lenguaje de los poderes existentes" .

La declaración anterior ha sido tomada del sitio de internet:

www.q-blissett.com

Este rincón cibernético se complementa con otras direcciones que ofrecen comentarios en apoyo de "Q" y su enigmática coautoría distinguida por reflejar un sentimiento aparentemente común en contra de la globalización, la avanzada del capitalismo, el control de los medios masivos de comunicación, las luchas neo-sacras y cualquier otra manifestación arraigada que sirva para afianzar las estructuras de poder en este milenio que apenas comienza.