Y yo quería decir esto, ¿vale? El problema
no es tanto "el Fascismo", el problema son los fascistas. Ellos, las personas.
Antes parecía que los fachas vivían en la quinta dimensión de Tony Binarelli
[1], en cambio ahora están más cerca, abres el periódico
y sientes el aliento fétido, enciendes la tele y te preguntas cuánto hace
que no llamas al fontanero, ¿es que se ha tapado el water? Yo, de pequeño, un fascista en vivo, o sea en carne y hueso, no lo he visto ni de lejos. A mí me criaron sintiendo repugnancia por esos, me daban asco en default. Sin exageraciones, por Dios, sin decirme tal o cual cosa: era algo que se respiraba en el aire. Por ejemplo, no era como con ese amigo que tiene dos niñas y una le pregunta:" Papá, papá, ¿qué son los fachistas?" Y él, suavemente: "Los fascistas son bestias que viven en las cloacas". Alta pedagogía, si puedo decir lo que pienso. Pero en casa no era necesario, con una familia de rojos, esa pregunta ya tenía una respuesta. Yo vivía en un pueblecito de unos mil habitantes, más o menos. Ya hace tiempo que me he ido y vuelvo solamente para ver a mis padres, sin ir de paseo. Pero hace poco, por esos lares, sucedieron cosas extrañas. En el municipio de al lado, todos los años, aparecen unos cuantos naziskin y carcas de la X MAS [2] para hacer una conmemoración de sus caídos - que si me permiten decirlo, podían haber caído desde más arriba, porque se hicieron poco, de daño hablo. Cada año esta ceremonia se convierte en un desfile de asquerosos con algodón en el paquete y tejanos petados, muy desteñidos de lejía, que pasan delante del monumento a los partisanos arrojando huevos, echando pestes y haciendo el gesto de jódete. Todos los años gran escándalo, artículos en la prensa local, críticas de las autoridades... pero nadie mueve un dedo, nadie llega con sacos de mierda, ningún partisano decide estirar la pata gloriosamente apostándose en la ventana con las armas viejas que le quedaron del 45. Nada. Y sin embargo en mi pueblecito, justo ahí mismo, ha sucedido algo extraño, hace cosa de un mes más o menos. En el 44 un aviador de Saló, uno que era del pueblecito, decola y lo derriba la RAF (no la alemana de Ulrike Meinhof, sino la inglesa: la roial-air-forz). Lo abatieron cerca de Argenta, zona de pantanos y estanques, y luego no lo encontraban: ni a él, ni al avión. Un avión no desaparece así como así, pero así desapareció. Pasan sesenta años y llegan los "apasionados de recuperación de aeronaves militares". Sí, existen. Estaba escrito tal cual. Buscan por allí y... ¿puedes creer que encuentran el avión? Bueno, sucede entonces que en el pueblecito se organiza de repente una gran misa, porque se ha encontrado a este hijo... del pueblecito, precisamente. Y hasta aquí todo normal, sólo que luego a esta misa se te presentan las autoridades militares (¿pero en el 44 no estaba Badoglio en el gobierno? ¿qué tienen que ver las autoridades militares con el tío, ese, el aviador, que volaba para un gobierno fantoche puesto por los germanos?), y detrás llegan los carcas ya citados, y no sé si también esos con el algodón en el paquete. En fin, todo se convierte en un barullo revanchista, más negro que el carbón, y el alcalde de izquierdas dice: "¿A mí qué? Yo no voy". Y siempre sale alguien que enciende la polémica: "la insensibilidad del Primer Ciudadano", "comportamiento tendencioso", "lo ha politizado"... ¿Pero qué iba a hacer este pobre hombre? ¿Ir, sacar pecho entre los nazis, hacer el saludo romano y finalmente meterse una escoba en el culo para ir barriendo el atrio? Pues... ¡Yo digo que ha hecho bien en no ir para nada! Al fin de cuentas, los fachas se pavonean donde jugaba de niño, que no había ni uno. Los fachas estaban como a lo lejos, en el horizonte, se desdibujaban en la distancia. Con todo ese espacio entre ellos y yo, más que negros parecían azulados. No recuerdo la subespecie, Fare Fronte [Hacer frente], Fronte della Gioventù [Frente de la Juventud], ¿qué más da? Si la memoria no me engaña, había elecciones universitarias. La lista de derecha se llamaba Sturm und Drang (rebautizada inmediatamente como "Strunz und Sprang" [3]), pero con estos no tenían nada que ver, quizás. Y como alguien - vete a saber quién - los ha visto que partían desde un bar de la calle Belle Arti, digamos que se llamaba La Coccinella [la cochinilla], decidimos sorprenderles mientras tomaban un café, darles palos con los labios en el pocillo. El problema fue que en el bar, los niñatos estaban esperándonos, y salieron por debajo de un andamio con cascos y palos. Nosotros nos bloqueamos por un instante, digamos pues que no estábamos a tono con el equipo. No sé porqué pero nos quedamos allí, a cincuenta metros. Sobre el andamio había un obrero, que poco a poco desciende y nos trae un palo de madera. Nosotros contentísimos, está claro. Gracias, por favor, suerte, nos vemos... Fortalecidos por la solidaridad militante del pueblo, volvemos a Zamboni para coger algunos adoquines, pero cuando retornamos los fachas ya se habían marchado, sólo había unos pocos de la secreta y el bar está pelado. Propinamos un par de adoquinazos al escaparate, como para poner la firma. El barista grita (¡¡te lo juro!!): - No, se equivocan, no soy de derecha... ¡yo apoyaba a Prima Linea! [4] - Hummm... No sabiendo qué hacer, decidimos montar una asamblea, como los revolucionarios hebreos en La vida de Brian. Para el día siguiente está anunciado un banquete de fachas en Derecho, que no se sabe si son los mismos, pero da igual, de noche todos los gatos son pardos. De esa asamblea recuerdo solamente una frase: - Los fascistas no son un problema político, y no son un problema militar. ¡Son un problema político Y un problema militar! - Perlas de sabiduría. Ese día partimos desde el 38 bien equipados, los periódicos hablan del desastre de ayer y hay que dar la talla. Pasamontañas de lana (a fines de mayo, como para que te salgan escamas), palos de todo tipo y dimensión, alguien con un matafuegos y un tío, con una bombona y un encendedor, se monta un lanzallamas rudimentario. Y sin embargo los más jodidos lo miran un tanto raro, como se mira a un loco al cual hay que dar siempre la razón. Vamos hacia Piazza Verdi, que es como el OK Corral. Más allá del retén de la policía está Derecho. Los fachas están a doscientos metros, sólo se ven de a trocitos. Detrás de los cascos de los maderos, dos o tres brazos tiesos y algunos palos (¿o son carteles enrollados?), quizás rostros de mierda con Ray-ban, pero seguramente es una ilusión óptica: desde que el mundo es mundo, los fachas tienen Ray-ban, y por lo tanto se los ve, sí o sí. La Armada Brancaleone, vaya, se reiría de nosotros. Un compañero que sabe tanto como el resto intenta, de todos modos, explicar la situación gesticulando con entusiasmo, sólo que mientras gesticula tiene un palo en mano y le da un palazo en el rostro a otro compañero, y entonces hay que llevarlo al aula blanca porque le sangra la nariz. Logramos hacernos daño sin mover un dedo. Estábamos allí parados, y Luca - que todavía no es Wu Ming 3 pero luego lo será - levanta un pie, lo muestra y me dice: - Los borceguíes son del laboratorio de zapatería del Leoncavallo Okupado y se está desprendiendo la suela. ¿Qué hago si los maderos cargan y pierdo la suela? ¿Eh? ¿Qué hago? En ese momento la policía comienza a cargar. En pleno repliegue, la suela de Luca se desprende por delante, parece una boca que se abre para morder el pavimento. Luca cae mientras un madero le grita: "Pedazodemierdapedazodemierdapedazodemierda...", se protege la cabeza con los brazos y le caen unos porrazos en las manos, así que las tuvo hinchadas hasta la noche. El balance del enfrentamiento: d os heridos. Uno golpeado por error por un compañero y el otro jodido por los borceguíes del Leo. Y luego hablan de las riñas internas de la izquierda. El día después sale una foto nuestra en el periódico L´Unità de Bolonia, parecía el carnaval de Cento [5], pa' mearse de risa. El pie de foto decía: "Autonomía apostada en la calle Zamboni". Joer... Pasan unos meses y una noche alguien los encuentra fastidiando, pero esta vez reciben tremenda paliza, sin escenografía, algo tranquilo. ¿De qué estábamos hablando? Ah, sí... que ahora los fachas están más cerca, el fontanero, el water tapado, etc., etc. Eso, era para decir que los fachas ya no son esos espectros con Ray-ban y brazos tiesos, no son esos que corres o te corren y con los que a veces te lías a golpes o sacan la navaja pero es como si vivieran en otro mundo, tipo los extraterrestres de la estrella Vega en UFO Robo Grendizer. No, ya no sé cómo explicarlo, pero hace un tiempo que los siento muy pero muy cerca, y si a flor de piel me dan un asco que ni te imaginas, si me pongo a pensarlo es peor. Será que estoy bastante encojonado por lo de las "foibe"[6], será por los incendios en los centros sociales, en fin, por lo que fuera, pero es que aquí hay un tufo... Ah, me olvidaba:el tío, el aviador, fue rescatado por los ingleses en el 44. Y entonces ¿por qué en un mierdoso sitio fascista, el de los Amici della Folgore [Amigos del Resplandor], figura entre las víctimas del "Triángulo de la muerte" como si lo hubieran matado los partisanos de la posguerra para vengarse? ¿Habrán confundido la RAF de Winston Churchill con la de Ulrike Meinhof? Hummm... De todos modos, es un botón de muestra del criterio utilizado en estos elencos de "víctimas", y esto no es nada respecto a las listas de las "foibe", de las que ya hablaremos... Traducido por M.G. |
NOTAS: 1. Famoso ilusionista y prestidigitador italiano cuyo espectáculo Quinta Dimensione Show incluye prácticas de ocultismo. 2. La Decima MAS fue una flotilla de voluntarios con neto corte fascista de la Marina italiana formada en el período de la Segunda Guerra Mundial. 3. Forma satírica con palabras en dialecto por "Idiotas y Garrotes". 4. Grupo armado de ultraizquierda de los años 70. 5. Célebre carnaval del pueblo de Cento, provincia de Ferrara, conocido como el "más brasileño" por su carácter transgresivo. [ 6. Las "foibe" son hoyos en los cuales se tiraban los cadáveres de nazifascistas ajusticiados por los partisanos yugoslavos, en represalia por la ocupación de las zonas yugoslavas realizada por parte del régimen nazifascista italiano durante la Segunda Guerra Mundial. Actualmente, la derecha italiana pretende presentar este episodio como una especie de Holocausto italiano. |